El último caso de polémica en estos Juegos Olímpicos de
Río de Janeiro 2016 se lleva la palma de todos los habidos y por haber al
presentar como nunca en esta competición la base de la unión entre cariocas y
brasileños: odiar y detestar todo lo ajeno. Hay que recordar que estos Juegos Olímpicos son los más
controvertidos de los últimos tiempos, y que los primeros en estar en desacuerdo y así manifestarlo fueron los propios habitantes del país que otorga el título de ser
el pulmón -moribundo- del mundo. Los abucheos contra todos los deportistas de
otras nacionalidades, que van a pesar de los riesgos que presenta ir a la
capital del carnaval -el virus zika en concreto- parecen ser la única forma de
unión de los brasileños y cariocas, que se ensañaron con el atleta de pértiga francés Lavillenie.
Esto demuestra explícitamente que el país sudamericano no estaba, ni está,
preparado para hospedar un evento a escala global simple y llanamente porque no
es capaz ni siquiera de mantenerse unido. Unos datos de gran crecimiento con una población escasamente alfabetizada y secularmente mal educada en términos de urbanidad... El gran
país cae por su propio peso, y su clase dirigente mayormente imputada por corrupción. Veremos qué pasa después de estos juegos.
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