Vamos a ayudar un pelín a Unidos Podemos a analizar su estancamiento (sus resultados son buenos, no ha sido para tanto) en las urnas, porque según confiesa Echenique se oye una cosa y la contraria:
- Salvo catástrofe mayor nadie puede pretender alcanzar el gobierno o la oposición en un santiamén porque los viejos partidos tienen muchos seguidores y este es un país de centro escarmentado de la confrontación.
- Son una amalgama de intereses a veces incomprensibles donde las contradicciones no están resueltas para un votante que ama el euro.
- Los ayuntamientos del cambio son una birria porque no tienen proyectos para todos y no solo para desahuciados, personal en riesgo de exclusión y banderas a cuál más exótica.
- Este horrible sistema en el que sus líderes han podido estudiar carreras sin uniforme y les ha dado esa soberbia intelectual es el resultado de la transición a la que grandes cantidades de votantes tienen cariño y no piensan despreciar así como así.
- La generación vieja a la que pretenden relevar en la empresa y en la política aún están en edad de revolverse y les faltan unos añitos para la jubilación.
- Aliarse con los nacionalismos y que te vote una nación tan amplia es como adoptar una caja de bombas e invitarte a pasar por su casa.
- La imagen que proyectan es la de repartir pobreza ahora que parece remontan algunas cifras.
Y si a esto añades que siempre ha mandado el dinero salvo que saques los tanques a la calle, aunque sea con contratos basura, la gente empieza a encontrar trabajo..., ¿Dónde estabas entonces cuando tanto te necesité? le dice la izquierda de siempre a la nueva política que bebía de la bonanza económica hasta el 15-M..., con una canción irrepetible de El Último de la Fila. Las cosas de palacio van despacio.
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