martes, 14 de junio de 2016

No ganó nadie, que es lo lógico

Ya se sabía, buscando un teórico treinta por ciento de indecisos cada uno defendió su posición en un todos contra todos, que es lo que tiene que ser, porque si no pertenecerían al mismo partido político. Estaba cantado, pero el debate no pareció rígido, fue entretenido y funcionó para ver en qué momento se encuentran. 
Lo peor es que debió de comenzar antes para permitir un horario de descanso razonable, y la proximidad con la investidura fallida de Sánchez recordó en muchos momentos los mismos argumentos de entonces. Y tampoco es de gran fortuna haberlo organizado con tanta distancia con respecto a la jornada electoral. No ganó nadie, es lógico, porque no era una partida de cartas, y no debe de serlo nunca. Es una oportunidad de contrastar y de hacer algo de espectáculo para aquellos ciudadanos aburridos de tanto gobierno y oposición en funciones. No hay que darle más vueltas, la política hay que seguirla todos los días del año, porque es nuestro derecho y nuestra obligación. Los debates son saludables y muy frecuentes en el Congreso de los diputados, que para eso está.

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