viernes, 10 de junio de 2016

Votar sin campaña electoral

Llevamos casi toda la vida en campaña, desde que llegó la democracia a España. Seguir la política como debe hacer todo ciudadano es estar cada uno de los días en campaña electoral, vigilantes de la gestión de lo público y de lo privado. No debería de ser una lata, si no una responsabilidad y obligación tomadas con gusto y ejercidas con aprecio... Sin embargo ahora llevaremos ocho o nueve meses de auténtico fragor electoral, soportando los vientos de la nueva y de la vieja política. Es mucho atracón.
No hace falta campaña, ya que han sido muchas las oportunidades de analizar a todos y cada uno de los integrantes de los partidos políticos que se presentan. Las elecciones podrían tener lugar mañana mismo porque hemos visto política en estado puro cuando se intentó formar gobierno. Salvo que algún candidato meta la pata de forma sideral, o nos sintamos afectados por un cambio de programa de última hora que nos afecte individualmente, lo normal es que tengamos la opinión y el voto decidido. Depositar la papeleta es una gran satisfacción que no debe quemarse por el tostón de debates artificiales y candidatos extenuados de tanto postureo.

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