Ahora solo faltaban ellos, los nostálgicos del PSOE entendiendo como lógico cierto apoyo al PP para un gobierno de salvación nacional; rescatarnos de nosotros mismos, se entiende claro. Si no había bastante con un líder de la oposición acogotado por los suyos y unos suyos barones territoriales que solo piensan en su pueblo o en trepar, en este momento otra vía socialista reclama la participación en un acuerdo de legislatura que permita hacer funcionar al país.
Todo esto para elegir a un presidente que también lo es de un partido corrupto, y con unos posibles socios, los de Ciudadanos, que tampoco saben por donde les da el aire después de los resultados y de haber crucificado a Rajoy. De Unidos Podemos, ni hablemos, que ya se tienen a si mismos para discutir. Habrá gobierno tras el 26-J, pero será a cañonazos, a la fuerza para no tener que volver a las urnas. Vaya ejecutivo gobernando y legislando con toda la oposición enfrente, ¿o no? ¿salvarnos de qué, salvarnos de todos?, ¿dónde están los puntos de acuerdo?, ¿y el programa? Vuelve el barullo.
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