jueves, 28 de julio de 2016

Los catalanes son más pesados que las moscas

Otra vez Cataluña. Otra vez los bienes que se llevaron de Aragón con oscuridad, otra vez necesitan fondos, otra vez su grupo parlamentario ocultando o mintiendo sobre su voto, otra vez las declaraciones independentistas de su parlamento... , otra vez..., globalización y siglo XXI. Eso sí, a fuerza de insistir se han convertido en la única cuestión nacional que hace que Rajoy coja el teléfono y los cuatro partidos más grandes se pongan, escuchen e, incluso, estén de acuerdo con el presidente del Gobierno públicamente. Total, que Puigdemont tiene una moción de confianza que resolver (cosa con la que debería tener de sobra), y antes de eso dice: pues vamos a retar otra vez al Gobierno central porque como somos catalanes nos da igual que sea canícula y que no haya otra cosa que Ejecutivo en funciones, como las moscas... Es una pena no poder dialogar si no es con el ultimátum del referéndum y con una comunidad partida por la mitad. Los caminos cada vez son más estrechos, pero Catalunya es una rémora por lo pesados que se ponen, venga o no la cuestión a relucir. A ellos como a tantos otros que ahora no recordaremos: ¿Por favor, hasta que punto de la historia tenemos que retroceder exactamente?

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