Rajoy tiene razón en una cosa por encima de cualquier otra consideración: España es un gran país. Por pasado, presente y no sabemos si futuro. Un país como el nuestro es muy diverso al tiempo que muy homogéneo, tiene un clima muy bueno, una comida fantástica, un paisaje variopinto y el personal se comporta de forma razonable. Por qué si no iba a ser semejante destino residencial y vacacional... Y ahora viene cuando en determinadas ciudades como Ibiza o Barcelona la gente está harta de los turistas argumentando que les encarecen el barrio sin aportar nada, además de producirles innumerables molestias. Al margen de que el turismo vaya a batir todos los registros este año y de que suponga un ingreso para las arcas públicas similar al del IRPF, si existe burbuja turística habrá que mirar hacia el interior para repartir, con diseños más innovadores. Y así las cosas, ¿estos vecinos tan hartos querrán acoger refugiados que no vienen a soltar el dinero a la ligera?... ¡Cuánta hipocresía tenemos que curar!
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